El encargo que Toñi Moreno recibió cuando llegó a Mediaset ya se las traía. Llegaba para hacerse cargo de las tardes de Telecinco tras el precipitado y polémico final de QUE TIEMPO TAN FELIZ. Llegaba para sustituir a toda una dama de la televisión como es María Teresa Campos y dar una aire más moderno y fresco a los fines de semana.
Entre su equipaje Toñi lleva la agradecida maleta de la experiencia. Aquella que le ha dado la oportunidad de haber formado parte de esa gloria de formato llamado ANDALUCIA DIRECTO. Reportera como en su día lo fue también Roberto Leal, ahora ascendido a maestro de ceremonias de la nueva generación OT.
Toñi se encaramó a la cadena andaluza con proyectos tan exitosos como solidarios. Con TIENE ARREGLO batió récord de audiencia antes de que la demagogia y la política se metieran de por medio en su homólogo en la tele nacional. En ENTRE TODOS fue machacada y hasta humillada por hacer el mismo programa que había recibido incluso premios durante su etapa en Canal Sur (...)
Por eso cuando veo a Toñi, carne del periodismo de calle y entendedora de la televisión como algo más que un mero entretenimiento, interesarse por temas tan banales como los que se tratan en los programas de Telecinco, se me abren las carnes. Telecinco nos ha obsequiado con un programa que no tiene nada de original con los mismos temas que hablan en la mañana y en la tarde el resto de la semana.
La presentadora sanluqueña va toreando asuntos que estoy seguro jamás hubiese imaginado tratar a través de esa bendita espontaneidad que provoca en el espectador la simpatía que ella despierta y mediante la cuál se ha ganado a media Andalucía. Lo hace quizás para esconder la incomodidad que le producen algunos de los temas que trata en su magazín. Resuelta y pizpireta, pero con la mochila de la experiencia a cuesta, Toñi compagina el magazin de Telecinco con GENTE MARAVILLOSA, un programa que a través de cámaras ocultas muestra temas sociales exponiendo casos en plena calle con ayuda de actores que le dan mayor realismo. La misión del programa es encontrar a esa gente capaz de enfrentarse a quien sea por defender una situación injusta. Esa es la gente maravillosa. Es ahí donde uno realmente reconoce a la verdadera Toñi. La que disfruta con un gesto solidario, la que lo mismo se emociona que se pone a bailar o hablar de lo mucho que le gusta comer porque no entiende una televisión sin la cercanía y la naturalidad de quién da la cara.
Como todo rostro popular, Toñi tiene sus detractores que la acusan de palmera de Belén Esteban, de cateta y hasta de analfabeta. Ignorando las dos últimas basadas en tópicos sobre los andaluces que afortunadamente cada vez tienen menos fuerza, el hecho de que Moreno se muestre mas a favor de la Esteban supongo que se debe a la misma estrategia que siguen aquellos profesionales que quieren mantenerse al margen de cualquier movida con la cadena.
@DoctorTele