De ella siempre nos quedará su particular voz y su manera amable de tratar a los famosos que iban a su cocina a recrear las recetas que mejor se les daba cuando aún la fiebre de la cocina no había llegado a la televisión.
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Su sintonía probablemente sea de las más conocidas de la historia de la televisión solo comparable solo con la del no menos mítico 1,2,3... Junto a Elena Santoja y durante diez largos años más de 300 estrellas del mundo de la televisión, el cine o la música pasaron por su modesta cocina que por entonces estaba a la última. Desde el mismísimo Pedro Almodóvar a Joaquín Sabina que puso voz a la popular sintonía al genial Chicho Ibáñez Serrador.
Lo hacía a media tarde en medio de esa actitud pelota a la vez autoritaria que tenía con sus invitados cuando aún estaban a años luz de la sobredosis de telecocina que padecemos en la actualidad. Un espacio amable sin la tensión de nominaciones y críticas feroces de jurados cañeros y sobre todo sin esa batería absolutamente insoportable de promociones capaces de acabar con la paciencia del mismísimo Job. Y fue eso precisamente, las promociones en su programa lo que la apartó de él. Elena se negó a promocionar los productos que le mandaban desde la casa porque lo hacía sin contraprestación económica alguna. Aquello provocó la salida de Elena de la cadena a la que volvió después de ganar el juicio y una indemnización de 10 millones de pesetas. Rescatamos un programa de lo más curioso donde tiene de invitada a la archiconocida Rafaela Aparicio. DEP
