Reconozco que siento auténtica debilidad por Ana Castillo. Me hechizan su gracia y su naturalidad a la hora de actuar. Aunque últimamente tenga la sensación de que le dan siempre los mismos papeles o su manera de actuar es muy parecida. No obstante no tengo nada que objetar de su papel en la última apuesta por la ficción nacional de Netflix, "Un cuento perfecto" donde da vida a Margot (que no Margarita) miembro de una familia de clase alta que deja plantado a su novio de toda la vida el día de su boda para conocerse a sí misma. La acompaña Alvaro Mel, que nunca había visto y me ha sorprendido gratamente en el papel de David, un chico humilde con una vida un tanto particular.
La serie es la tercera adaptación de hace Netflix de las obras de Elisa Benavent, autora de Valeria y Fuimos canciones. Así que ya sabrán por donde andan los tiros. Una comedia romántica sin muchas pretensiones pero que entra bien porque es cortita, de solo cinco capítulos y fácil de consumir. Los actores además ayudan a que los cuarenta minutos aproximadamente que dura cada capítulo se pasen corriendo y creen en el espectador la necesidad de que David y Margot se enrollen de una santa vez. Algo con lo que juegan durante los primeros capítulos a sabiendas de que los espectadores saben que eso pasará más pronto que tarde. Es previsible pero amable. Sencilla pero recomendable. Sobre todo ahora en verano.