Pocos elogios y muchas críticas. Eso es lo que ha recibido el espacio ZAPEANDO en el comienzo de su nueva etapa con Dani Mateo como nuevo presentador. El espacio, además, ha cambiado de plató y ahora los colaboradores no están juntos en la mesa si no que intervienen individualmente. Algo que no ha gustado nada a la audiencia y así lo han hecho saber: “El principio del fin” ha sentenciado algún twittero. “Quiero mi Zapeando de siempre” pedía otra. El nuevo ZAPEANDO no ha hecho si no cargarse de un plumazo toda la complicidad de una mesa en la que la mayoría de los colaboradores ya eran veteranos. Su compenetración y bromas con Frank Blanco formaban parte importante del juego y eso ha desparecido.
Aunque para ser sinceros, en realidad hace tiempo que ZAPEANDO comenzó a perder frescura. Si hay algo que cada día se valora más en televisión es la espontaneidad. Justo de lo que carece el programa prácticamente desde el principio. Que cada una de las intervenciones de los colaboradores sean claramente leídas por el maldito telepronter a mí al menos me despide. Le quita la gracia y resulta un tanto sobreactuado. Para que me entiendan, en la tele todo está ensayado pero el arte reside en que parezca que no lo está.
@DoctorTele