Telecinco volvió a demostrar anoche su extraordinaria habilidad para cebar un tema y convertirlo en todo un espectáculo. Desde los diferentes espacios de la cadena, se hablaba insistentemente del nuevo look de Terelu y Carmen, las hijas de María Teresa Campos hasta lograr el interés de una audiencia que el propio docureality no tenía. Ayer alcanzaban un 21,3 y más de dos millones de espectadores con la aparición en plató de las hijas creando una expectación tan desorbitada como surrealista. Al menos en el caso de Terelu quien tras anunciar que también se había sometido a un cambio radical, lo cierto es que ante el gran público solo se pudo apreciar un radical, eso sí, corte de pelo. Con Carmen la cosa fue diferente y su cambio era más evidente aunque ni mucho menos como se ha ido anunciando. Carmen ha mejorado pero es totalmente reconocible y los comentarios de compañeros que decían ser otra persona está claro que formaban parte para cebar el programa.
La liberación y posterior exposición de las Campos en los últimos meses en Telecinco no debería ensuciar una carrera tan impecable como la de Teresa, una mujer adelantada a su tiempo que ha aportado a la televisión mucho más de lo que el público pueda pensar. En unos tiempos en los que tanto se habla de él, la de Málaga nunca ocultó ser feminista y reivindicar la igualdad de la mujer presentando en radio programas como Mujeres 72 donde se hablaba ya de feminismo. Teresa fue la primera mujer en un cargo de dirección de informativos tanto en Andalucía como a nivel nacional a través de Radio Cadena Española.
La televisión llega a su vida a través de diferentes formatos de entretenimiento hasta que recala en la mañana de Jesús Hermida, de quien aprende sobre todo como es la televisión que quiere hacer. Con el paso del tiempo es Campos la que se hace con la herencia televisiva de Jesús y poco a poco va aportando su propio estilo.
La versatilidad de Teresa es incuestionable: tan pronto es capaz de crear un corrillo en televisión para hablar de GH, como ponerse seria y entrevistar a destacados políticos de primera fila. De ponerse el delantal para un teatrillo con Rocío Carrasco y Paco Valladares a moderar la primera tertulia política en la tele matinal con un éxito sin precedentes.
Teresa ha caído y ha sabido levantarse. Su marcha de Telecinco a Antena 3 la hunde por completo no solo por los malos datos que marca el programa sino por el insólito machaque continuo que recibe desde su anterior casa Mediaset a la que vuelve un tiempo después para terminar presentando un más que digno "Que tiempo tan feliz" los fines de semana por el que pasa toda la profesión prácticamente y se convierte en una oferta más que interesante. Un oasis de televisión de buen gusto en medio del esperpento que caracteriza a la cadena que lo emite.
Como ocurre con la mayoría de los programas, el paso de los años y algunos cambios en su dirección acaban por hundirlo y Telecinco decide ponerle punto y final. Desde ahí, Teresa intenta sin mucho éxito sobrevivir en un medio que no solo ama sino que le ha dado todo lo que es. Lucha con uñas y dientes para permanecer en él y es lícito que lo haga aunque se meta en terrenos tan pantanosos como los que junto a sus hijas se han metido protagonizando formatos de dudosa reputación que puedan tirar por la borda, años de una impecable carrera.
@ManoloDevesa